Un lujo de encuentro con BODEGAS TAMARAL y sus vinos ‘premium’ en Bodega de los Secretos
Sergio Ochoa, Mónica García Ledesma y Borja Garrido, director general, enóloga y director de marketing, presentaron su catálogo de vinos ‘premium’.
Junto a ellos, pudimos degustar en el restaurante Bodega de los Secretos en el transcurso de un magnífico almuerzo, auténtico lujo de maridaje, la calidad y los matices de sus tintos parcelarios de tempranillo Tamaral Finca Velia, Tamaral Finca La Mira, además de sus ya emblemáticos Tamaral Gran Reserva, Tamaral Crianza, además del delicado y novedoso Tamaral Rosado.
Esta colección de vinos es el resultado de 25 años de trabajo y una fuerte inversión en infraestructura, logística y talento.
Convocados, acogidos y agasajados desde nuestro punto de encuentro, ya antes del almuerzo, a las puertas del Museo Reina Sofía, el equipo de Bodegas Tamaral y los compañeros y amigos de ONe Comunicación –Carmen García Campos, Estela García y César Molina– nos regalaron una visita guiada por algunas de las obras pictóricas más emblemáticas del museo, en una delicia de recorrido que empezó a abrir nuestras terminales sensitivas y sensoriales. Un verdadero lujo de visita guiada sobre la iconografía del vino a lo largo de la historia en el Museo Reina Sofía.
Aperitivo vanguardista: El preámbulo en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Este verdadero presente hizo las veces de fructífero aperitivo. La pasión por el arte de nuestra guía, fue un contagiado ejercicio de sensibilidad y aprendizaje a través de algunas de las obras y artistas más importantes de la historia. En este omnubilador transcurso por la visita –lógicamente acotada y especialmente centrada en las tendencias de vanguardia más relevantes del siglo XX– pudimos contemplar la presencia, cuasi obligada u obligatoria, entre los más brillantes creadores de aquellas épocas; así como en las reuniones generadoras de intelectualidad y cultura, caso del cuadro de José Gutierrez Solana “La tertulia del Café de Pombo”, de 1920, en el que se hace manifiesta la influencia y mecenazgo de escenarios y figuras históricas de la cultura española como Ramón Gómez de la Serna.
Con el buen vino como excusa, también nos imbuimos de la génesis y evolución de ese movimiento artístico, histórico y universal que fue el ‘Cubismo’. Con autores como Emilio Pettoruti, su “Racimo de uvas” (1914) y una técnica mixta con destacado protagonismo del collage comprobamos la importancia del periodismo y la prensa ya a principios del pasado siglo; las crónicas y artículos de prensa eran las ‘redes sociales’ de aquel entonces.
Con autores como Georges Braque y Juan Gris, entendimos parte del proceso de progresión creativa del cubismo, a partir de una mirada de la realidad desde la fragmentación de la imagen, desde la multiplicidad de planos y puntos de referencia. Estamos hablando de “protocubismo” o “cubismo sintético”, y lo pudimos contemplar y comprobar perfectamente en “Vasos, periódico y botella de vino” (1913) de Juan Gris.
Contemporáneos, coetáneos, amigos algunos, colegas otros, fueron en cualquier caso referentes sincrónicos del más internacional de nuestros artistas y creadores del siglo XX: Pablo Picasso. Así que, una vez más con el vino como alabada excusa, contemplamos su obra universal por antonomasia: el “Guernica” (1937). La joya de la excelsa pinacoteca del Museo Reina Sofía es una obra maestra surgida de un encargo en la que esta vez pudimos aprender el respeto y la consideración de Picasso a la pintura como arte y como disciplina artística, como compendio de técnicas clásicas y modernas con las que construir una forma de expresión creativa de vanguardia; testigo y legado en forma de lienzo de su tiempo, crónica en blanco y negro y por lo tanto atemporal del hecho relatado e incluso interpretación fotoperiodística del mismo reporterismo de guerra.
Sin o con duda, el ‘Cubismo’ nos facilita una analogía con el mundo del vino y la vitivinicultura. Técnica, interpretaciones, tendencias, arte, artesanía, virtuosismo, estudio, conocimiento... se dan cita en todas estas obras. Y algunos de sus parámetros estructurales, modus vivendi, modus operandi, bien podríamos utilizarlos en alguna obra de arte vinícola. La pasión por la creación y la necesidad por compartir y sentir valorada la obra creada. Bien podríamos “proto-maridar” algunas de estas obras de arte con diferentes tipos de vino, o discernir similitudes y semejanzas, en su génesis, proceso y expresión final, con las referencias de Tamaral que más tarde tendríamos ocasión de disfrutar… Ensoñaciones o realidades artísticas todas, embriones de nuevas vanguardias, como la favorita –cuestión ya personal– de nuestro privilegiado paseo guiado –e inolvidable– por las diferentes salas del Museo Reina Sofía: “Enigma sin fin” (1938) de Salvador Dali, emisario de la misteriosa belleza del ‘Surrealismo’, portavoz adelantado, visionario por añadidura, de la crónica y la guía del placer enogastronómico.
En definitiva; un recorrido que demuestra los fuertes vínculos del mundo del vino con otros mundos materiales e inmateriales, cuya experiencia y degustación nos proporcionan placeres que van más allá de lo físico, de lo tangible e incluso de lo natural.
Tamaral un lujo de maridaje: Pinceladas de los vinos
Así las cosas, tras estos sorbitos pictóricos, ya estaba bien abierto el apetito y el ánimo bien dispuesto a los tragos de satisfacción vínica y a los bocados de placer culinario que nos deparaba una de las carismáticas cuevas del precioso restaurante Bodega de los Secretos. Situado también el pleno Barrio de Las Letras, en la Calle San Blas Nº 4, apenas a cinco minutos andando desde el propio Museo Reina Sofía, es un establecimiento preñado de buen gusto, encanto arquitectónico, decorativo y ambiental, abierto ahora hace prácticamente una década.
Se trata de una construcción histórica; una antiquísima bodega rehabilitada (la más antigua del centro de la ciudad de Madrid), cuyo laberinto de estancias y galerías –con hornacinas originarias del siglo XVII– están facultadas a modo de cuevas como comedores privados. Aquí despliegan una sabrosa propuesta de alta cocina mediterránea vanguardista, bien ejecutada y con buen producto. Su gastronomía confluye en un espacio encantador, ideal para comer o cenar de forma íntima, o bien para celebrar todo tipo de eventos, desde comidas de negocios y grupos a presentaciones y reuniones, con una privacidad y ambiente únicos que hacen del evento una experiencia inolvidable. Es el caso, y damos fe de ello.
Como nos explico Alberto Villar, director, socio fundador y copropietario, esta auténtica bodega del siglo XVII nació en lo que eran entonces las afueras de Madrid –los campos de Atocha–, una ciudad de unos 100.000 habitantes. En ‘nuestra’ sala se prensaba la uva en tinajas de barro, colocadas de manera vertical. Además, en el siglo XIX el lugar era utilizado como tapadera para poder transportar mercancías de extraperlo por sus túneles y evitar el pago de impuestos por la Puerta de Atocha; también han servido para el tránsito de mojes de San Felipe Neri (sus propietarios desde el siglo XVII hasta entrado el siglo XX). También fue refugio antibombas durante la Guerra Civil, cárcel inmediatamente después...
En este encuentro con medios de comunicación, Sergio Ochoa, director de Bodegas Tamaral, junto a Mónica García Ledesma, enóloga de la bodega, y Borja Garrido, su director de marketing, volvieron a explicarnos y contarnos los orígenes de la bodega, el sueño de sus fundadores –Ricardo de Santiago y Carmen Torío– y el inicio de una nueva etapa que empieza ya a cosechar algunas joyas enológicas.
“Esta colección de vinos es el resultado de 25 años de trabajo. Nuestra labor ha sido minuciosa porque no teníamos prisa, pero sí ambición para conseguir unos vinos de alta calidad que se convirtieran en referente de Ribera del Duero. Para lograr nuestro propósito, no hemos desistido en invertir en infraestructuras, en logística y en talento”, puntualizó Sergio Ochoa. Y añadió: “El vino, como el arte es disfrute. Todos los artistas eran enamorados del vino y en momentos creadores ejercían como tales amantes. Valores basados en la calidad, esfuerzo, trabajo, hacer las cosas bien y con paciencia. No queda todo, Estamos en el principio, en comunicar qué es lo que tenemos y un proyecto a 10 años en función de tres pilares; profesionales, viñedos de la máxima calidad y comunicar eso al sector”.
Como subrayó Mónica García, su enóloga: “Hemos disfrutado en el museo de la creatividad artística y ahora vamos a disfrutar de otra creatividad, que es la que los elaboradores de vino ejercemos. Cada vendimia es un lienzo en blanco sobre el que trabajar, en la que el vino va a ir poco a poco tomando forma”. Posteriormente, entre plato y plato, nos guiaría también ella en los diferentes matices y características distintivas de cada una de las referencias presentadas.
Aquí nos esperaba, “Arte en la Mesa”, como nos explicaba e introducía Borja Garrido, la pretensión de “un lujo de maridaje” para “un lujo de vino”; Tamaral: vinos y vino de “fincas únicas y viñedos seleccionados donde esfuerzo, calidad y pasión son esencia para elaborar un vino exclusivo. Un auténtico lujo al alcance de una gran minoría”. Es decir y en resumidas cuentas, la presentación en Madrid del catálogo de vinos Premium de Bodegas Tamaral. Momento ‘premium’, momento Tamaral: “momentos de lujo, de poder compartir, de poder descubrir”.
Tamaral Gran Reserva, Tamaral Crianza, Finca Velia, Finca La Mira y Tamaral Rosado son los vinos que catamos, degustamos, libamos con fruición y disfrutamos a pleno rendimiento en esta ocasión junto a platos especialmente seleccionados para lograr un maridaje que nos permitiera percibir todos los matices de cada uno de estos vinos DO Ribera del Duero elaborados con uva exclusivamente de la variedad tempranillo.
Tamaral Rosado 2022
Puestos en modo ‘faena’ iniciamos el recorrido enogastronómico. Para empezar Tomate a tope: Ensalada de ventresca con 4 variedades de tomate (cherri rojo, cherri amarillo, tomate rosa y tomate azul, con una reducción de módena y cebolla roja) acompañado de Tamaral Rosado 2022.
Con Tamaral Rosado, la bodega ha realizado una importante apuesta para crear un vino delicado, de muy alta calidad y de reducida producción. De uva 100% tempranillo, su vendimia fue realizada de manera manual y nocturna para que no existieran alteraciones de temperatura durante el proceso de selección, despalillado y prensado directo que se realizó en atmósfera inerte.
El resultado de esta exquisita producción es un vino elegante, de atractiva presencia estilo provenzal, rosa muy pálido, frutal y fresco, fragante, con amplio volumen y largo postgusto en boca.
Tamaral Crianza 2019
A continuación, para acompañar a las Croquetas de jamón ibérico, llegó la última añada del emblema de la casa, Tamaral Crianza, la primera referencia creada y comercializada, hace ya más de 25 años, allá por 1997. Hay diferentes parcelas de diferentes tipos de terreno y orientación. La selección de estas parcelas se orienta en función del tipo de vino a elaborar. En el caso de Tamaral Crianza, se buscan esas parcelas que se saben van a aportar frutalidad y un tanino más redondeado.
Tamaral Crianza 2019 presenta unos amables, pero maduros taninos que acompañan a un largo final en boca. Junto al factor añada, aporta una fruta más bien madura.
Sus 14 meses en barricas de roble francés y americano aportan notas especiadas y a regaliz que también se perciben en su complejidad en nariz. Un vino equilibrado, amable y con personalidad primaria de una fruta en sazón muy agradable.
Tamaral Gran Reserva 2014
Con la llegada de los platos principales empezó a llegar la complejidad sensorial, aromática y gustativa; tanto en los vinos como en los platos. De este modo, Tamaral Gran Reserva 2014 llegó acompañado del Rulo de rabo de toro con salsa de garnacha y muselina de patata.
Tamaral Gran Reserva es un vino tinto de gran personalidad y con un tanino espectacular, perfecto para disfrutar en cualquier celebración. Ha estado criado 24 meses en barricas de roble francés y americano, lo que ha potenciado los aromas a fruta negra madura, como la mora y las ciruelas pasas, integradas con cacao y con notas de especias como el clavo y la canela.
Es un vino tremendamente equilibrado en boca, manteniendo una frescura pese a su longevidad, muy buena acidez. Va en la línea de las nuevos gran reservas; que huyen de la oxidación, redondos, muy agradables de beber, hecho para aguantar con una evidente punta de viveza en el fondo. Proviene de fincas de Pesquera de Duero por encima de los 900 metros de altitud.
Tamaral Finca Velia 2018
Llegaba el turno de los ‘Vinos de Finca’ de Bodegas Tamaral, que sólo son producidos en añadas que se consideran excepcionales. Por este motivo, hasta el momento solo se han lanzado al mercado dos ediciones que corresponden a 2016 y 2018. Con Tamaral Finca Velia 2018 llegó un magnífico Bacalao confitado, gratinado con alioli de pera y azúcar mascabado.
Tamaral Finca Velia realiza una crianza en barrica de roble francés y americano, durante 14 meses. Complejo en su estilo, exhibe una buena estructura tánica, matices complejos como algunos tonos de cueva de champiñón, fruta negra madura. En boca es un vino aún con juventud, frutoso, brioso, con acidez bien compensada. Creemos que seguro que ganará votos con aún más tiempo de reposo en botella.
El crítico estadounidense Robert Parker valoró con 90 puntos a Tamaral Finca Velia 2018, mientras que las guías Vivir el Vino y Guía Gourmets fueron algo más generosas con 94 y con 95 puntos, respectivamente.
Tamaral Finca La Mira 2018
Como puntualizó antes de finalizar el almuerzo Sergio Ochoa, “para lograr estos vinos, trabajamos nuestra uva 100% tempranillo bajo diferentes procesos de producción con el objetivo de alcanzar los mejores vinos de cada una de las añadas. Para ello, contamos con los profesionales más cualificados y con la tecnología que nos permite ser respetuosos con el producto en todos los procesos”. Así, por último, llegaron al unísono Tamaral Finca La Mira 2018, junto con el bien avenido Solomillo de vacuno con patatas risoladas y salsa de hongos (más orejones de melocotón y un cumberland de frutos rojos).
James Suckling, valoró con 92 puntos a Tamaral Finca la Mira 2018, unas percepciones de cata muy similares a las de Robert Parker Wine Advocate, que concedió 91 puntos, mientras que Wine Enthusiast le concedió 90 puntos.
Aunque también ha permanecido en roble durante 14 meses, a diferencia de su ‘hermano’, ha realizado esta crianza en barrica 100% de roble francés. Es un vino más concentrado que Finca Velia, pero con la barrica perfectamente domada, con notas de ciruelas, especias, tonos minerales, de monte bajo, matices tostados finos, especias dulces y cálidas muy sutiles.
Tamaral Rosado 2022 (PVP recomendado 7,85€)
Tamaral Crianza 2019 (PVP recomendado 15,70€)
Tamaral Gran Reserva 2014 (PVP recomendado 33,60€)
Tamaral Finca Velia 2018 (PVP recomendado 36,70€)
Tamaral Finca La Mira 2018 (PVP recomendado 36,70€)
Vaya desde aquí nuestra enhorabuena por estos magníficos vinos (aquí compartimos los criterios al alza de la crítica especializada), y nuestro agradecimiento por haberlos podido compartir en una jornada plena de placer sensorial, artístico y espiritual. Verdaderamente, un momento inolvidable, un lujazo de jornada, momentos de disfrute, buen vino, buena mesa., buena compañia... Ha llegado el momento Tamaral. Brindamos por ello. #Cheers!!!
Ctra. Nacional 122 (Valladolid-Soria), km. 310,6. Padilla de Duero – Peñafiel Valladolid · España Tel.: (+34) 983 878 017 E-mail: club@tamaral.com
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